Reutilización de un depósito de agua para albergar un centro tecnológico

EMASESA quería darle una nueva vida a un depósito de agua de mediados del siglo XX y planteó la creación de un centro tecnológico que aunara ciencia, innovación e investigación en su interior.

El edificio preexistente, de más de siete metros de altura y 70.000 m3 de volumen, se estructura a partir de una retícula de 268 columnas de hormigón equidistantes y de marcada esbeltez que generan un paisaje interior, similar al de las cisternas romanas o las basílicas clásicas, lo que constituye el punto de partida del proyecto.

Ayesa ha desarrollado los trabajos de redacción del proyecto básico y el de ejecución de los nuevos laboratorios, lo que supone el desarrollo integral del diseño del edificio previo a su construcción, finalizada en 2019.

El alcance de estos trabajos, además del propio proyecto arquitectónico del edificio y de puesta en valor del antiguo depósito, también abarcó el paisajismo y urbanización de la cubierta y de los espacios exteriores circundantes.

Para garantizar el correcto funcionamiento del edificio tras su cambio de uso, se establecen una serie de perforaciones en la cubierta preexistente que permiten iluminar y ventilar las nuevas dependencias: todas ellas se disponen en torno a un gran claustro central que organiza los recorridos internos.

Se trata de un diseño muy singular que confiere una segunda vida al depósito abandonado. Ahora, se le ha dotado de un nuevo uso que está relacionado con el que tuvo en el pasado: un contenedor destinado al aprovechamiento del agua. La diferencia es que no se almacena, sino que se procesa.

El resultado es un enclave modernizado y ampliado donde se concentran sus anteriores instalaciones en una sede única, la cual presenta las máximas exigencias en analíticas de agua y seguridad de los procesos.

Se ha llevado a cabo la implantación del BMS (Building Management System) en el edificio, que permite controlar de manera integral el funcionamiento, alarmas y tiempos de mantenimiento de las instalaciones de climatización, ventilación, iluminación exterior, PCI y electricidad. Además, posibilita la definición de manera independiente de la temperatura, humedad y caudales de ventilación de cada una de las estancias del nuevo edificio proyectado.