Seleccionada por la empresa nacional de aguas, Uisce Eireann (Aguas de Irlanda), Ayesa realizó el Sistema Regional de Drenaje de Blanchardstown, actuando como ingeniería encargada del diseño.
Esta obra, que contó con una inversión de 88 millones de euros, tenía como objetivo revitalizar y expandir el envejecido sistema de alcantarillado en Tolka, cerca de la autopista M50.
El alcance del proyecto incluyó la instalación de más de tres kilómetros de nuevas líneas de aguas residuales, ampliando la red para servir a áreas locales y ciudades como Dunboyne, Clonee, Ashbourne y Ratoath.
El trabajo requirió 3,2 kilómetros de microtunelización (1.8 m y 1.5 m de diámetro) para minimizar la interrupción en la superficie, así como la instalación de depósitos de aguas pluviales con una capacidad de 30.000 m³, ubicados bajo el parque de Waterville.
También se llevaron a cabo mejoras en el alcantarillado, con el desdoble de la línea desde el puente de Parslickstown hasta el parque del Valle de Tolka. Junto a ello, se construyó una nueva estación de bombeo. Para ello se utilizaron técnicas de construcción sin zanja.
Por otro lado, se levantó un edificio en superficie para albergar equipos mecánicos, eléctricos, de instrumentación, control y automatización (MEICA), una subestación de la ESB y un techo de sedum.
El proyecto incorporó medidas ambientales como la dosificación de septicidad para contrarrestar la acumulación de sulfuro de hidrógeno y sistemas de control de olores integrales con carbón activado granular, ventilación forzada y natural y pilotes de ventilación con cartuchos de carbono integrados.
Además, gracias al trabajo de Ayesa la afección de los servicios locales durante las obras fue mínima y por otro lado se llevó a cabo una restauración del paisaje, sentando las bases para el futuro desarrollo y de protección ambiental.