Desafío
La rápida expansión urbana de Dublín está ejerciendo una gran presión sobre la obsoleta red de infraestructuras, en especial la de aguas residuales del Valle de Tolka.
Construida en los años 70 para servir a varias ciudades dormitorio del condado como Meath, Blanchardstown, Mulhuddart y Castleknock, el sistema debe satisfacer una creciente demanda.
Además, ha sufrido vertidos frecuentes de aguas residuales sin tratar en el río Tolka, lo que plantea graves amenazas ambientales y para la salud pública. Y es el que sistema discurre junto al valle del río Tolka en Blanchardstown, entre Parslickstown y Mill Road, y la línea de alcantarillado es adyacente a la red de aguas residuales.
Nuestro trabajo
Seleccionada por la empresa nacional de aguas, Uisce Eireann (Aguas de Irlanda), Ayesa realizó el Sistema Regional de Drenaje de Blanchardstown, actuando como ingeniería encargada del diseño.
Esta obra, que contó con una inversión de 88 millones de euros, tenía como objetivo revitalizar y expandir el envejecido sistema de alcantarillado en Tolka, cerca de la autopista M50.
El alcance del proyecto incluyó la instalación de más de tres kilómetros de nuevas líneas de aguas residuales, ampliando la red para servir a áreas locales y ciudades como Dunboyne, Clonee, Ashbourne y Ratoath.
El trabajo requirió 3,2 kilómetros de microtunelización (1.8 m y 1.5 m de diámetro) para minimizar la interrupción en la superficie, así como la instalación de depósitos de aguas pluviales con una capacidad de 30.000 m³, ubicados bajo el parque de Waterville.
También se llevaron a cabo mejoras en el alcantarillado, con el desdoble de la línea desde el puente de Parslickstown hasta el parque del Valle de Tolka. Junto a ello, se construyó una nueva estación de bombeo. Para ello se utilizaron técnicas de construcción sin zanja.
Por otro lado, se levantó un edificio en superficie para albergar equipos mecánicos, eléctricos, de instrumentación, control y automatización (MEICA), una subestación de la ESB y un techo de sedum.
El proyecto incorporó medidas ambientales como la dosificación de septicidad para contrarrestar la acumulación de sulfuro de hidrógeno y sistemas de control de olores integrales con carbón activado granular, ventilación forzada y natural y pilotes de ventilación con cartuchos de carbono integrados.
Además, gracias al trabajo de Ayesa la afección de los servicios locales durante las obras fue mínima y por otro lado se llevó a cabo una restauración del paisaje, sentando las bases para el futuro desarrollo y de protección ambiental.
Valor añadido
Para realizar el diseño, Ayesa se apoyó en tecnologías avanzadas de control de flujos, que reforzaron la resiliencia y la eficiencia del sistema.
Además, las bombas de aguas residuales subterráneas, controladas desde una sala central en superficie, permitieron la supervisión remota y la solución rápida de problemas.
Por otro lado, el diseño abarcó todas las especificaciones hidráulicas, civiles, estructurales y de automatización necesarias, reduciendo significativamente los costes del proyecto.
El equipo ambiental de Ayesa desempeñó un papel crucial en la preparación de la Declaración de Impacto Ambiental, colaborando con la preservación de los hábitats naturales.
Tras obtener los permisos en 2017 y comenzar las obras a mediados de 2019, el sistema entró en funcionamiento, mejorando la capacidad de procesamiento de aguas residuales y cumpliendo así con la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas de la UE.
Reconocimientos
GANADOR: Mención de Honor| Categoría Infraestructuras | Premios Anuales de la Sociedad Irlandesa del Cemento, 49ª edición, 2023.
FINALISTA: Proyecto de Construcción Civil del Año 2023.
FINALISTA: Premios a la Excelencia en Construcción Irlandesa 2024.