octubre 26, 2022

Luis Castillo: “El agua y la energía son indisociables. Deben ir de la mano para garantizar la seguridad hídrica y la agricultura”

La sequía está generando problemas en muchos sectores como el agrícola e incluso ya está habiendo restricciones de agua en muchos puntos del país.

Luis Castillo, jefe de sección de Obras Hidráulicas de Ayesa destaca la gran importancia que tiene la ingeniería en estos momentos y cómo las infraestructuras hidráulicas están jugando un papel fundamental.

 

Muchas comunidades y confederaciones han declarado sequía oficial. ¿En qué punto estamos actualmente en España? ¿Es una situación generalizada?

Efectivamente, se trata de una situación bastante generalizada e incluso en zonas del Norte de España donde rara vez se ve comprometido el suministro de agua a la población. Por ejemplo, la comarca de Busturialdea en el País Vasco, fue abastecida por barcos cisterna que transportan agua potable al puerto de Bermeo.

 

¿Las sequías son un problema cíclico?

Las sequías, como también los años muy húmedos y las inundaciones, son cíclicos en España y en cada vez más zonas del mundo. En realidad, no nos debería sorprender tanto, ya que España ha sufrido numerosas sequías por su situación geográfica. Se sabe que cada diez años aproximadamente se produce una situación o concatenación de años secos de pluviometría muy escasa que inciden directamente en la disponibilidad de recursos.

 

¿Por qué se producen?

Las causas son muy variadas: corrientes oceánicas y régimen de vientos, temperatura del agua del mar, etc. Es una ciencia muy compleja que depende de muchos factores y únicamente expertos en meteorología y climatología podrían dar una respuesta más precisa.

 

¿Cuáles son los riesgos actuales?

En España, salvo algunas excepciones que están en vía de solución, el abastecimiento a la población está prácticamente garantizado. Aunque, sí existe un riesgo importante para garantizar la agricultura de regadío: 3,5 millones de Has en España y 900.000 en Andalucía. Estas son un pilar básico de nuestra economía y bienestar, cuyo futuro debemos garantizar. Igualmente, debemos potenciar la generación eléctrica de origen hidráulico, especialmente el almacenamiento mediante bombeos reversibles.

 

Desde el punto de vista de la ingeniería, ¿qué medidas se pueden tomar?

Son muchas y variadas las actuaciones que se deben acometer. Se deben fortalecer algunos sistemas con interconexiones. Por ejemplo, en materia de abastecimiento, todas la poblaciones y comarcas importantes deberían estar conectadas a algún embalse de regulación. También se debe estudiar el incrementar la regulación en ciertas cuencas, como, por ejemplo, en el Duero. En Andalucía se está proyectando la presa de Gibralmedina que ayudaría a garantizar el abastecimiento de la Costa del Sol y potenciar la agricultura de cultivos tropicales de la cuenca baja del Guadiaro.

Siguiendo con Andalucía, también se deben ampliar la capacidad de algunas desaladoras y, por supuesto, acabar las obras pendientes. En materia de depuración y reutilización hay que seguir invirtiendo para lograr el vertido cero de aguas no tratadas a nuestros cauces, así como cuidar el buen estado ecológico de nuestra red fluvial, un patrimonio intangible. Es muy importante no hacer del agua una batalla política y mirar por el bien común.

 

¿Cómo es la calidad de las infraestructuras hidráulicas del país? ¿Y en relación a otros lugares?

Nuestro patrimonio hidráulico es importantísimo, más de 1.200 grandes presas y unas 65 desaladoras, distribuidas por todo el litoral, con capacidad de atender a poblaciones costeras y regadíos muy productivos que permiten, aún en situaciones de sequía severa, como la actual, atender a los 40 millones de turistas que recibimos en verano. Otros países de Europa no necesitan, de momento, tantas infraestructuras, aunque creo que deberán plantearse esta cuestión.

Su conservación es aceptable, aunque se ha visto afectadas por los recortes en los años de crisis. Actualmente se están retomando políticas de inversión en mantenimiento y conservación de nuestras infraestructuras, pero es importante que se mantengan y potencien en el tiempo. La seguridad hídrica es clave para el futuro del país y las presas, ya que son elementos con un riesgo potencial importante que debemos vigilar y cuya seguridad estructural debemos garantizar.

 

¿Podemos contribuir como ciudadanos a paliar este fenómeno?

Los ciudadanos debemos ser responsables y conscientes de la importancia de una adecuada conservación de nuestro medio natural hídrico y contribuir a un uso adecuado del agua. Hay también mucho camino aún por recorrer en materia de digitalización. Conozco algunas CCRR que gracias al uso de Apps y herramientas digitales consiguen una buena concienciación entre sus regantes y han logrado ajustar al máximo sus consumos a la dotación, incluso en años de escasez. Este el camino que debemos andar juntos.

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