El Real Madrid Club de Fútbol requería un nuevo estadio al que sacarle partido los 365 días del año y preparado para ofrecer unos servicios vanguardistas. Para ello, planteó remodelar el recinto sin paralizar la actividad deportiva.
Para convertir la antigua infraestructura de 1947 en un estadio moderno, completamente cubierto y con las últimas tecnologías deportivas y audiovisuales, la obra contará con un presupuesto final de unos 900 millones de euros.
Una vez terminado, será un auténtico icono de la capital de España, con la incorporación de 150.000 metros cuadrados de espacio comercial en pleno centro financiero de la capital, una cubierta retráctil y una piel de bandas de acero y líneas variables que pueden proyectar imágenes.
La nueva cubierta y fachadas están fabricadas, además, con un material de acero inoxidable medioambientalmente sostenible que es reciclable al cien por cien, reduce la contaminación acústica y lumínica y es un ejemplo de diseño de economía circular.
La última incorporación al proyecto ha sido la ejecución coordinada de un sistema automático de movimiento del terreno de juego, nunca antes desarrollado para un estadio de futbol. Es capaz de mover todo el rectángulo de césped, descompuesto en bandejas, y alojarlo en un hipogeo bajo el propio estadio. Con ello se libera la superficie del campo y pone esos 10.000 metros cuadrados a disposición del área de negocio del Real Madrid para la celebración y organización de eventos.