Metro de Quito: 34 minutos de viaje al progreso de Ecuador

La demanda de transporte en Quito ha venido incrementándose en los últimos años a causa del crecimiento acelerado de la población, la cual ya supera los dos millones de habitantes en el área urbana.

Para afrontar este desafío, el Plan Maestro de Movilidad para la Ciudad de Quito 2009-2025 estableció un Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM) que incluyó al Metro como su eje articulador para contar, además, con una oferta de transporte público eficiente y sostenible.

Así, el país se ha lanzado a construir su infraestructura, con la que mejorará la calidad de sus ciudadanos. Y es que el Metro de Quito, uno de los anhelos históricos de los quiteños, movilizará a más de 400.000 pasajeros al día. Además, fomentará un incremento de la productividad y reducirá la congestión vehicular.

Su construcción supone además el mayor proyecto urbanístico de la historia de Quito. El trazado de la Primera Línea consta de 22 kilómetros en túnel entre la terminal terrestre de Quitumbe (sur de la ciudad) y la cabecera sur del antiguo aeropuerto Mariscal Sucre en El Labrador (norte de la ciudad), con 15 estaciones, 18 trenes con 108 vagones y un tiempo promedio de recorrido entre los dos puntos extremos de la línea de 34 minutos.

De acuerdo con estimaciones del proyecto, una vez que entre en operación se evitará la emisión de más de 150.000 toneladas de CO2.

Una infraestructura de esta magnitud requiere de un servicio de supervisión de las obras basado en los mayores estándares de calidad internacional. Ayesa es la firma de ingeniería responsable de la fiscalización de la construcción del metro.

La experiencia internacional previa de Ayesa ha supuesto una garantía a la hora de prever problemas técnicos, así como una mejor capacidad de gestión y de manejo de la información generada y de reporte, en el control de calidad de los materiales empleados (muchos de ellos importados) y en los procesos constructivos. Algunos de estos últimos eran la primera vez que se utilizaban en el país como el uso de tuneladoras en medios urbanos, equipos de ejecución de pantallas o de tratamientos de mejora del terreno.

Como muestra, durante la ejecución del túnel se batió el récord mundial con una tuneladora tipo EPB, llegando a registrarse un avance acumulado de 1.489 metros en 30 días.

Junto a la supervisión, Ayesa ha aportado diferentes estudios específicos, entre ellos para la simulación de la ventilación, cursos de tecnología BIM o jornadas técnicas de capacitación sobre los diferentes elementos y sistemas que componen el proyecto: construcción de túnel con tuneladoras TBM, superestructura de vía, elementos arquitectónicos y acabados en estaciones, sistema de energía, sistemas mecánicos, sistemas de telecomunicaciones y control de estaciones de metro o sistema de señalización ferroviaria.

Igualmente es destacable la gestión del patrimonio cultural de la ciudad afectado por las obras. El centro histórico de Quito es patrimonio de la humanidad (Quito fue la primera ciudad de América Latina declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO, en septiembre de 1978). La estación de San Francisco es la estación más emblemática de la ciudad y está situada bajo la Plaza de San Francisco. Para su construcción fue necesario hacer estudios arqueológicos previos, donde se detectaron algunos hallazgos que fueron recuperados.

Por último, el proyecto ha sido gestionado y ejecutado de forma eficiente y alineada al presupuesto original. Durante el trascurso del proyecto, Ayesa también asumió la supervisión del material rodante, que no estaba inicialmente en el alcance, lo que evitó retrasos en la entrega de los trenes.